martes, 24 de noviembre de 2015

Cinco horas con Mario y una vida con España

Tristemente, Cinco horas con Mario (1966) es una obra que conserva su actualidad, pese a los varios decenios que distan de su publicación primera. Miguel Delibes creó una novela reflexiva en la que no hay digresiones filosóficas. Por medio de un estilo ameno, prosaico, plagado de repeticiones intencionadas que acentúan la sátira social, el autor vallisoletano expone la injusticia social que imperaba en los años de la dictadura franquista y en la España de principios de siglo (por medio de las constantes alusiones a la vida en la infancia de Carmen y a la madre de esta), la cual, por desgracia, comienza a ser bastante similar a la de los últimos años.
            De esta manera, se nos presenta una España fría, egoísta, en la que no importa la muerte del otro y de lo que ello representa. Una España cargada de reproches absurdos que se mueve ciega atraída por la pestilencia del dinero, las apariencias (¿por qué queremos un seiscientos si no nos lo podemos permitir?), la corrupción (qué acertadas son las palabras siguientes: "en esta vida cuentan más los amigos que los títulos", cap.XV: 120, como ya Galdós lo había condenado en Miau), y la distinción de clases ("cada uno en su clase").  En definitiva, una España medieval, regida por los principios en la que comienza a ser evidente la afirmación de Carmen: "leer y pensar es malo cariño" (cap.III: 50).
            Por ello, mientras vivamos bajo su techo, ella nos hará el terrible favor de pensar por nosotros, ella será la que se sacrifique y nos libere de llevar a cabo tan maligna acción. Y, si por una casualidad, Mario —los ciudadanos— "quiere pensar por su cuenta que lo gane y se vaya a pensar a otra parte [intelectuales exiliados], que mientras viva bajo mi techo [España], los que de mí dependan han de pensar como yo mande" (cap.XI: 115). Así pues, no nos queda más que felicitar a todos aquellos que han hecho posible esta situación y han permitido que se mantenga vigente en pleno 2015.
            Debemos estar satisfechos porque se va a dejar de jugar a los "despropósitos" de Mario y se cumplirán las palabras de su mujer: "mucho Dios, mucho prójimo, pero si los pobres estudian y dejan de ser pobres, ¿quieres decirme con quiénes vamos a ejercitar la caridad?" (cap.XI: 114).  Afortunadamente, se va a poder seguir ejerciendo la caridad, ya que cada día que pasa, a todo aquel que quiera estudiar en la universidad española le va a costar un poquito más. A diferencia de los polacos, quienes tienen la indecencia de ofrecer hasta dos carreras gratuitas a sus estudiantes. ¡Cómo se les ocurre! Sigamos con nuestra visión túnel, vamos bien.

            El mes que viene hay un día marcado en rojo en nuestro calendario, veremos a ver qué ocurre, veremos si Mario hijo se levanta a abrazar a la madre que se ha traicionado a sí misma, veremos si la gente ha pensado, veremos si la gente es Mario o Carmen. 

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